El cafe triste
Y al girarse me obsequió con un desgarro.
No esperaba nadie en el bar
de los amores prohibidos.
Crucé las calles, volví
Y el café me supo triste.
Y mudó la piel el derrotado,
Las paredes perdieron su color
Y se vistieron del blanco
Con el que entierran a los muertos
Badajoz. Julio 2012
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